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Recogiendo la basura: Una familia completa al servicio de la limpieza de SDE

Testimonio. Doña Maribel, tres de sus hijos, una nieta y su yerno trabajan en el Ayuntamiento de Santo Domingo Este. Desde la madrugada caminan en “loca caravana” para ponerse manos a la obra con los desperdicios que deja la gente en las inmediaciones del parque de la Avenida España. Tres de sus cuatro vástagos y su nieta viven con condiciones especiales.

Tal vez algunos no vean con buenos ojos que varios miembros de una familia trabajen en una misma institución de servicios públicos. Lo cierto es que, cuando lean la historia, notarán que el caso de Maribel Domínguez no es algo común.

Lleva casi 20 años trabajando en el Ayuntamiento de Santo Domingo Este. Al no tener quien le cuidara a sus cuatro hijos, algunos viviendo con una condición especial, “me los llevaba a recoger basura conmigo, y así los protegía y ellos me ayudaban”. Ella es de esas madres que lo sacrifican todo por el bienestar de su familia.

Poco antes de entrar a laborar a la Alcandía, había perdido a su esposo, Rafael García. “Él murió en un accidente. Una yipeta lo atropelló, y mis hijos quedaron huérfanos muy chiquitos”. Tuvo que hacer de tripa corazón para sacarlos adelante. Hoy día, continúa batallando para lidiar con lo que significa tener hijos especiales en esta sociedad.

No ha sido nada fácil. Tres de sus hijos viven con una condición, a la que ella le llama hiperactividad. Una no está diagnosticada. “Yo he tratado de llevarlos al paso, luchando, trabajando y cuidándolos”. Tiene razón. Aunque son adultos, su mente infantil hace que ella esté pendiente siempre de ellos. Por eso aprendieron el valor del trabajo a muy temprana edad.

Desde la madrugada

A las 5:00 de la mañana, ya Maribel, sus hijos, su yerno y en ocasiones, su nieta de 16 años, salen a caminar en “loca caravana” para llegar a su puesto de trabajo en las inmediaciones de la Avenida España, para limpiar todos los desperdicios que la gente deja en el lugar, y las hojas que caen de los árboles.

“Y todos los días trabajamos más porque la gente tira mucha basura”. Eso lo dice Alcibíades García, uno de los hijos de la dueña de esta historia. Es sorprendente cómo, desde sus limitaciones, es capaz de notar la poca educación ciudadana que tiene la población.

A su clamor se unió su hermana Johanny García, madre de tres hijos. “Sí, para que se vea limpio el sitio, hay que trabajar mucho”. Desde las 6:00 de la mañana hasta las 10:00 o las 11:00 de la mañana se mantienen en el lugar cumpliendo con sus responsabilidades.

“Ellos crecieron yo trabajando en el Ayuntamiento. Primero me ayudaban porque eran menores, después les pagaban por servicio prestado, hasta que los nombraron”. Los vecinos recuerdan que, siendo pequeños se iban con su mamá y abrían las fundas para que ella echara la basura.

Durante la entrevista que dieron para LISTÍN DIARIO, se “floreteaban” con su carnet colgado en el cuello y muy orgullosos del oficio que hacen. No cabe duda que el trabajo dignifica. Hasta en “su mundo” ellos saben valorar lo que significa “ganarse el peso con honestidad”.

Desde que comenzó hablar de su experiencia laboral, Alcibíades dejó claro que gana poco y que le hacen descuentos. “Y yo estoy ahorrando para comprarme un carro”. Maribel lo mira pensativa y atina a decir: “A ese no hay quién le quite un peso cuando cobra”. Ella es la que carga con los gastos de la casa. Se ve agotada, pero no derrotada.

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